Cultivo
Aunque pertenece a la familia de los geranios – las Geraniáceas– el geranio de olor es en realidad un pelargonio. Pelargonium graveolens, P. tormentosum, P. nervosum, P. odoratissimum, P. crispum, P. grossularioides, P. fragans, P. scabrum; éstas y otras cincuenta más son las diferentes variedades, cada una con un aroma distinto, siendo el graveolens  el  con olor  a rosa, conocido en Chile como Malva Rosa. La manera más fácil de propagar esta planta perenne es a través de esquejes semi-leñosos durante la estación cálida, los que nos dará un ejemplar exacto a la planta madre.  Algunas variedades también se pueden reproducir por semilla. Ambas formas de reproducción deben hacerse en la primavera,  aunque en  climas templados las patillas se pueden hacer incluso en  otoño. No necesitan tierra especial pero si con buen drenaje, no tolerando el exceso de agua. Hay pocas plantas tan rústicas y resistentes como el geranio.  Se usa muchísimo como planta de maceta para decorar las entradas de las casas, las macetas, balcones, terrazas y cualquier situación que tenga mucho sol y calor, por pobre que sea la tierra.
Pueden plantarse a pleno sol en climas frescos y  es recomendable algo de sombra  en climas cálidos. Crecen hasta aproximadamente 1 mt. La forma de las hojas difiere según la variedad lo mismo que el color de las flores que en general son pequeñas pero abundantes. Las flores son hermafroditas, es decir en la misma planta conviven flores femeninas y masculinas y no necesitan polinización. Su fruto tiene la forma de una cápsula dentro de la cual está la semilla. El aroma proviene de sus hojas que hay que despuntar continuamente, para evitar que se “acoligüe”. Bien podado es un aromático y ordenado seto.