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En el Herbarium (desde 1989), creemos que hay que celebrar todas las ocasiones con alegría.

En plena precordillera de los Andes, con una vista espectacular de Santiago, el Herbarium es un espacio lleno de paz y armonía, donde cada estación se vive conscientemente. La cordillera es nuestro marco y protección y aunque la ciudad ha crecido alrededor, nosotros nos empeñamos en mantenernos campestres y a respetar nuestro entorno cultivando orgánicamente y acogiendo a la flora y fauna del lugar.

Celebrar en el campo sin moverse de la ciudad. Con olores de tierra fértil y hierbas aromáticas, con el canto de la tenca y del zorzal, el grito del queltehue y el cacarear de las gallinas anunciando el nuevo huevo. El fío, la loica y el carpinterito se escuchan también frecuentemente.

Lleno de rincones acogedores, las celebraciones en el Herbarium traen remembranzas de aquellas en que participamos cuando niños. Cuando corríamos por el jardín y nos perseguíamos entre los primos, cuando llenos de asombro veíamos entrar a la novia, linda, increíblemente linda; cuando muertos de nervios nos tocaba cantar o representar para ella.

Los jardines del Herbarium están llenos de la energía maravillosa de sus plantas y árboles, de la espectacular cordillera, del refrescante viento puelche al atardecer. La puesta de sol es la hora mágica para empezar a celebrar. Se van encendiendo faroles y antorchas, el frescor del atardecer acoge amablemente a nuestros invitados. El aroma de la lavanda y madreselva se deja sentir y las risas, el roce de las copas y la buena conversación llena el aire. Gozando del momento, no podemos dejar de recordar cómo cuando éramos chicos y después de haber vivido la fiesta, nos dormíamos soñando con ser grandes y casarnos en el campo.

Promovemos los eventos hechos con finura pero con la sencillez de antaño, cuando las familias eran grandes y primos, tíos y abuelos junto con los amigos -los buenos amigos- participaban en aquellas inolvidables celebraciones familiares. Las fiestas eran en el jardín o en el campo y todos participaban, comían, cantaban y bailaban los bautizos, matrimonios y aniversarios.

¡Inolvidable! Así queremos que sea su celebración. En el Herbarium.

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