Plinio y Cato mencionan en sus trabajos el uso medicinal del cilantro, que llegó a Europa a través de los romanos. En el medioevo las semillas se usaban para una bebida muy popular llamada “Hipocras”, pues fue Hipócrates quien inventó la prensa para destilarla. Esta bebida estuvo de moda en las bodas de la época Tudor y otras celebraciones reales.  El cilantro fue también parte de hechizos y brujerías y se le menciona como afrodisíaco en “Las mil y una noches”. Los antiguos egipcios ponían las semillas de cilantro en sus tumbas y los romanos lo usaban para preservar la carne. Los chinos creían que las semillas de coriandro tenían la virtud de la inmortalidad. El nombre en latín proviene de la palabra griega “Koros”, que significa chinche, en referencia al olor de la planta poco antes de que semille, similar al del insecto en mención. Simboliza “la palabra oculta”.