EDITORIAL JUNIO 2022
¡Bienvenido junio! ¡últimas fechas para sembrar arvejas y habas! y hacer nuevas siembras (para cosecha escalonada) de lechuga, acelga, mizuna, rúcula; todas esas que nos da lata comer de repente en ensalada, porque hace mucho frío, porque el día está gris y el cuerpo nos pide algo calentito. La alternativa es una exquisita tortilla, bien aliñada con ajo, orégano, tomillo y ciboulette. O un budín acompañado de palta y pepinos al aceite de oliva y eneldo. O una crema de verduras…Hay alternativas siempre que haya imaginación y cariño.
¿Qué hacer con las heladas? Parece que vienen fuertes este año…Si está en zonas cerca a la cordillera, las heladas serán menores que si vive por ejemplo en Lampa, Buín o Colina. En general la cordillera nos protege pues las heladas caen fuertes solo en los planos abiertos. Cuando sepamos que la temperatura bajará a cero grados o menos durante la noche, podemos cubrir nuestros cultivos con papel de diario o plástico. Yo tengo una huerta muy acotada, con camas de 1,5 x 7mts. y aprovecho hasta los sacos de comida de los perros, abiertos, como mantillo. Las heladas en la precordillera en la zona central son suaves y cortas y rara vez se me han quemado los cultivos en la huerta. Por otro lado las hortalizas de otoño, como las que indica el gráfico de este mes, son todas resistentes a las heladas de esta zona central pre cordillerana.
¿Han sentido que el día se les escapa como arena entre los dedos? Hay que levantarse temprano y aprovechar la luz para tanto quehacer que todavía está pendiente. Y luego guardarse con mantita y un té calentito, un buen libro y la mejor música, los quiltros a los pies y gozar la estación y la casa.
Pero ¡buenas noticias! el martes 21 de junio celebramos el solsticio de invierno, nuestro día más corto, luego del cual los días empiezan a alargarse! Gocemos cada día lo que venga, que es único, lleno de enseñanzas y -si queremos- de nuestra luz.
Un abrazo desde el jardín,
Marie

Economía de Guerra 3
La lluvia bendita de abril recién pasado aceleró este año la germinación de la Ortiga. En los espacios en que no se fumiga ni se usa herbicidas (como desde el 2000 en el Herbarium!) ella crece generosamente siendo parte de un ecosistema muy preciado, dando de comer primero a los pulgones, de los cuales goza y se alimenta en cuando nace nuestra querida chinita.
Muy alta en hierro y vitaminas, flavonoides y oligoelementos, esta aterradora maleza (porque pica, pica!) es además un excelente depurador de la sangre, diurético, astringente y antinflamatorio, especialmente usado para el tratamiento de próstata.
Hay secretos para cosecharla y comerla gozosamente sin pincharse. Como se muestra en las fotos, el mayor secreto es cogerla de la parte más baja del tallo pues el envés de su hoja no contiene el ácido que nos pica cuando sin querer la rozamos. Éste también se neutraliza totalmente al cocerla, luego del primer hervor, de modo que solo queda una textura suave y su característico sabor ligeramente almendrado.
Una nutritiva delicia! Y gratis!
Para mi, la mejor forma de comerla es en tortilla, pero tiene los mismos usos que la acelga o la espinaca, en guisos, ensaladas, sopas y budines.
HISTORIA DE LA FAMOSA TORTILLA DE ORTIGA DEL HERBARIUM.
Hace 10 años atrás, un colegio Montessori decidió contratar al Herbarium para que sus alumnos aprendieran a cultivar sus alimentos. La Pillpa (Mariposa en quechua) ya existía desde el 2007, era un terreno con forma de mariposa gigante, de media hectárea, dedicado a la formación de pequeños grandes hortelanos. Cada ala de la Pillpa acogía a distintos grupos. Los niños aprendían además de cultivar, a reconocer malezas comestibles, cosecharlas, cocinarlas y degustarlas. La ortiga por razones obvias, no fue popular, hasta que se les enseñó el secreto de su recolección. Ahí entre gritos, empujones y risas (preadolescentes integrados) cosecharon dos canastos. Una vez lavadas y cocidas por ellos, prepararon la tortilla, batiendo los huevos, aliñando según indicaciones y…tocó el momento en que asumía la profe, para la cocción y sobre todo la dada vuelta de la tortilla sin que se chorreara o desarmara. (todos los alumnos expectantes!) A Dios gracias nunca ocurrió y siempre esta profe cosechó aplausos y los alumnos luego de probarla con recelo la declararon famosa y fue requerida (a pesar de los pinchazos) de generación en generación.
